OBESIDAD: nutrientes básicos para combatir sus efectos secundarios

La obesidad es una enfermedad caracterizada por una excesiva cantidad de grasa
acumulada en nuestro cuerpo, grasa que se acumula por muchísimos factores, entre
ellos una dieta desbalanceada con mayor ingesta de calorías, una vida sedentaria con
muchas horas de inactividad física y poco ejercicio, desbalanceen nuestras horas de
sueño o algunas patologías como hipotiroidismo. Sin embargo, este exceso de grasa a
nivel corporal tiene muchas consecuencias nefastas en nuestro organismo, pudiendo
incluso conllevar al deceso.
Entonces, ¿qué podemos hacer si ya nos encontramos en esta situación? ¿Cómo
combatimos sus efectos secundarios?
Lo principal es empezar por controlar los tres pilares para disminuir el exceso de
grasa:
1. Aumentar el ejercicio físico, ayudará a aumentar la utilización de grasa como
fuente de energía.
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2. Mejorar nuestras horas de descanso, ya que su desbalance acarrea una mayor
acumulación de tejido graso.

3. Por último, pero no menos importante, mejorar nuestra alimentación, es decir,
mejorar el balance calórico controlando el exceso de macronutrientes
(principalmente alimentos ricos en azúcares). Dentro de este grupo se
encuentran, además, ciertos nutrientes específicos que nos podrían ayudar a
contrarrestar los posibles efectos perjudiciales de la obesidad:
a. Proteínas: Cubrir el requerimiento nutricional de proteínas es
importante para mejorar la calidad de nuestros músculos (órgano
encargado de utilizar la grasa como fuente de energía)

b. Vitamina D3: Se ha observado que en muchos pacientes que sufren de
obesidad el metabolismo de este nutriente se encuentra alterado y se
produce en menor cantidad o no se puede activar, conllevando a su
poca disponibilidad en sangre y disminución del potencial del sistema
inmunológico entre otros procesos en los que está implicada esta
vitamina.

c. Vitamina C: Antioxidante sumamente importante para disminuir el
exceso de radicales libres (sustancias procancerígenas) creados por la
gran cantidad de tejido adiposo.

d. Omega 3: Ayuda a reducir el riesgo cardiovascular (riesgo de
desarrollar un infarto de miocardio) ayudando a disminuir colesterol y
triglicéridos elevados en sangre.

FUENTE:
Trouwborst, I., Verreijen, A., Memelink, R., Massanet, P., Boirie, Y., Weijs, P., & Tieland, M. (2018).
Exercise and Nutrition Strategies to Counteract Sarcopenic Obesity. Nutrients, 10(5), 605.
https://doi.org/10.3390/nu10050605
Jean Carlos Sulca Yarleque
Máster en Fisiología y nutricionista
CNP 7401

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